Redacción, 12/01/2022
De los más de cien mil millones de euros que el Estado ha aportado a través de distintas vías para salvar a la banca (101.500 millones, por dar la cifra exacta), casi la cuarta parte -24.069- fueron a parar a Bankia. Lo destinado a otras entidades se ha evaporado y habrá que ir contando por lo menudo de qué manera se ha hecho semejante dispendio.
Lo de Bankia, en cambio, tenía originalmente otro aspecto. Como el propio Estado, a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, dependiente del Ministerio de Economía) se convirtió en el accionista mayoritario de la entidad con el 61,8% de sus acciones, aspiraba a recuperar parte del dinero enterrado en ese rescate mediante algún procedimiento que nunca fue explicado con claridad.
Pero, tras la fusión de Bankia con la Caixa, y tras el nacimiento de la nueva CaixaBank, la participación del Estado se redujo al 16,11%. El valor de esta participación, a día de hoy, ronda los 3.000 millones de euros, y el FROB tiene hasta 2023 para vender este paquete de acciones.
Así, si nada se tuerce, el Estado podrá alardear de haber recuperado el 2,95% de lo aportado al rescate bancario.
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