Nadia Calviño ha incumplido su compromiso y los bancos callan
Redacción. 28 de julio de 2022
Carlos San Juan, el jubilado que alteró el sosiego bancario y alertó al Gobierno con su campaña «Soy mayor, no soy idiota», sigue adelante en su empeño de conseguir una ley de defensa del usuario financiero.
En un correo electrónico dirigido a este periódico, San Juan realiza algunas aclaraciones que no hacen sino confirmar que la vicepresidenta Calviño, tras hacerse la foto de rigor (como la que encabeza estas líneas) y prometer el 21 de febrero que la ley estaría lista antes del 30 de junio, no ha vuelto a decir una palabra sobre el tema.
En cuanto a los bancos, con CaixaBank a la cabeza, siguen mareando a los clientes con cierres de oficinas, desatención y abusos.
Hacer publicidad
Carlos San Juan escribió a este periódico a raíz de la pieza publicada el pasado día 7. En su escrito aclara que él no «hace anuncios en la tele», como coloquialmente habíamos escrito, sino que presenta una «campaña de digitalización» llamada Levanta la cabeza para que (citamos textualmente) «nadie quede excluido por la brecha digital y muy similar en su contexto y presentación a la campaña para evitar muertes por accidentes de tráfico». E insiste: «No es publicidad, es promover una buena causa, sin ninguna equiparación a hacer anuncios en televisión». «Y, por supuesto -añade-, sin ningún tipo de remuneración».
Decenas de ONG, la Iglesia Católica, un sinfín de entidades públicas y el propio Gobierno hacen publicidad en televisión («anuncios en la tele» para entendernos) sin que nadie se lo reproche. Pero aquí recogemos la queja del aludido, tal como lo ha solicitado, sin intención alguna de polemizar.
Tapar la boca
A San Juan tampoco le ha gustado que en este periódico nos preguntáramos si alguien pretendía «taparle la boca» mediante premios y dádivas. Es una pregunta que legítimamente nos podemos hacer y que no pone en duda (sino todo lo contario) la honestidad de este hombre, sino en todo caso la de tantas instituciones, empresas y plataformas que utilizan los premios como mecanismo de influencia.
CaixaBank, sin ir más lejos,sabe mucho de este procedimiento.
Que con Carlos San Juan no lo consigan («es completamente falso aunque se escriba como hipótesis») es algo que nos alegra. Él es una de las pocas personas que en este país se toma en serio el problema de la exclusión digital y su silencio sería una pérdida irreparable.
Este luchador infatigable nos asegura en su escrito que su campaña finalizará cuando se apruebe la ley a la que se comprometió Nadia Calviño. Desde aquí le pedimos que siga más allá, porque ya advirtió Romanones que el truco no está en las leyes, sino en los reglamentos que las desarrollan.
Carlos San Juan debe saber que contará siempre con el apoyo de este periódico.
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