Extraño papel de algunos jueces y notarios en esta exclusiva de caixabankia.com
Año 2020. Un matrimonio acude a una agencia inmobiliaria en busca de una vivienda modesta. Les ofrecen un piso de Servihabitat, la comercializadora inmobiliaria de CaixaBank. Lo visitan, les cuadra y dejan una señal para hacerse con él. Una señal, nada más, de 3.000 euros, así que, como es natural, no les entregan las llaves todavía.
Poco después, acuden a la notaría para formalizar la operación. En la salita de espera les dan a leer la escritura que van a firmar. Allí pone, entre otras cosas, que la vivienda está libre «de arrendamientos y de ocupantes». Pasan con el notario y la escritura que les dan a firmar ahora dice que «está libre de arrendamientos». En lo que han pasado de una sala a otra, han quitado lo de los ocupantes. Nadie les avisa del cambio. Firman, y se van a casa pensando que se han comprado un piso.
El problema es que el piso ahora está ocupado. Okupado, por decirlo en lenguaje colau. En los pocos días que han transcurrido entre la señalización y la firma de la escritura, se ha instalado allí una pareja, le han metido a la vivienda fibra óptica, muebles, una puerta… Son los procedimientos habituales de los okupas para adquirir derechos. Se han instalado.
Muchos gastos
Los compradores llaman a la policía… El lío, en el que no nos vamos a parar. Los compradores consiguen que los okupantes se vayan. A base de tiempo, a base de dinero, a base de incurrir en gastos. En muchos gastos.
Gastos que, como es natural, reclaman al vendedor. Pero el vendedor dice que ni hablar, que cuando los compradores dieron la señal no había ocupantes. Y que desde el momento en que dieron la señal, el piso era suyo.
– Pero, oiga, si ni siquiera teníamos las llaves.
– La ley es la ley. Vayan a los tribunales y lo comprobarán.
Y, en efecto, los compradores llevan el asunto a los tribunales y la jueza que se hace cargo del caso dice que sí, que todo es muy complicado, que la vida es muy dura, que la ley está regular. Pero que los vendedores (o sea, Servihabitat, o sea, CaixaBank) tienen, como siempre, razón. Cuando das la señal, el piso es tuyo. Aunque no tengas las llaves ni puedas hacer nada en él. Más que comerte los marrones.
Eso dice la jueza que dice la ley.
Y que eso de que un notario ha dado el cambiazo en una escritura, que, hombre de dios, cómo va ser verdad, a quién se le ocurre decir eso.
Y que lo compradores, además, tienen que pagar las costas. No querrán ustedes que las pague Goirigolzarri.
Algunas aclaraciones
Los pisos no son de CaixaBank, sino de una sociedad llamada Coral Homes que, como ella misma dice en su web es “propietaria de uno de los mayores portfolios de activos del sector inmobiliario. Más de 70.000 inmuebles distribuidos por todo el territorio nacional orientados tanto a particulares que quieran comprar inmuebles para su propio uso, como a profesionales e inversores que busquen oportunidades de negocio». Ahí es nada.
Coral Homes está participada por CaixaBank y por un fondo llamado Lone Star, muy habituado a hacer en España grandes operaciones inmobiliarias.
Por petición expresa de nuestra fuente, omitimos cualquier elemento identificativo de las personas o de la vivienda afectadas, pero caixabankia.com tiene en sus manos toda la documentación que acredita la veracidad de esta historia.
Y no debe ser la primera vez que esto sucede -ni seguramente la última- porque historias similares ya se han contado en otros sitios.
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